Hoy en día vivimos en una sociedad en la que las artes son accesibles a todos los que se interesen po ellas sin límites de edad, sexo o condición económica.
Nos rodean por todas partes, de continuo y en varias formas - sea una película proyectada en el parque, una poesía pegada en la pared del autobús o una función de tarde en un teatro universitario.
Igual que cada cosa que ocupa gran parte de nuestro tiempo o aparece en nuestras vidas con mucha frecuencia, las artes ejercen enorme influencia en nuestras mentes, aunque a veces no nos damos cuenta de ello.
Lo que nos aportan puede ser de diversa naturaleza y en mayor cantidad de lo que parece a primera vista.
El ejemplo más obvio es el conocimiento que llega a nosotros en forma de hechos - qué ha ocurrido, cuándo y por qué.
Al mismo tiempo, pero, a través de la literatura o el cine, podemos aprender mucho más, esta vez en forma indirecta.
Podemos observar las costumbres de gente que habita en lugares a miles de kilómetros de distancia de nosotros, comparar la mentalidad de los demás a la nuestra, examinar otros estilos de vida y enterarse mejor del nuestro.
No en último lugar empezamos a apreciar mucho mejor lo que ya tenemos a nuestro alrededor.
Además de todo eso, las artes nos hacen pensar sobre las cosas realmente importantes y determinar nuestras prioridades.
Si ya las hemos encontrado, una película o un libro que cuente de alguien que se halla en la misma situación y al final consigue su objetivo resulta exclusivamente motivador.
Si no - puede que encontremos nuestra vocación o un sueño nuevo después de haber conocido la historia de una persona famosa o una obra escrita a base de un suceso real.
Las artes pueden darnos otros ejemplos también - los de cómo no queremos vivir o comportarnos, con qué personas no queremos interaccionar, qué no queremos volver a ser y muchos más.
Los aportes de todo lo que incluye el mundo del arte no tienen límites.
Es suficiente solo saber dónde buscar y aprovechar cada ocasión.
November 2017
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