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Los accidentes de tráfico afectan física y psicológicamente a conductores y familias, ya que cada año provocan miles de heridos y muertes, e incluso deterioran infraestructuras.

Las principales causas son las distracciones: escuchar la radio o música, hablar con pasajeros, manipular un teléfono móvil, preocupaciones personales, aparte de la infracción de las normas, la velociad inadecuada, el cansancio y el consumo de alcohol.

Para salvar nuestras preciosas vidas, es crucial mantener los ojos en la carretera en todo momento con la mente clara.

Es recomendable evitar el uso de dispositivos eletrónicos al conducir y descansar un rato si sentimos cansancio o si tenemos la tentación de hacer otra cosa.

De hecho, hace apenas una semana, un joven conductor ebrio, mientras manipulaba su teléfono inteligente, acabó chocando contra otro automóvil.

Fue una tragedia inolvidable, con múltiples heridos y fallecidos debido a este acontecimineto.

En resumen, recordemos que un error durante unos segundos puede cambiar vidas para siempre, y debemos concentrarnos solo en la conducción en sí.